Esta semana UNAGI volvió a las andadas.
Luego de contarles a casi todos sobre mi nuevo proyecto (hasta ahora lo sabía sólo Jorge y Mateo todavía no volvió de sus vacaciones) noté que no había mucho entusiasmo, pero con el correr de los días y mientras les iba mostrando algunas cosas que tengo preparadas y otras que tengo que perfeccionar, noté que realmente tenían muchas ganas de ayudarme.
Habrá que ver si luego de verlo armado, van a querer producir el espectáculo. Por ahora, son solamente unos consejeros silenciosos que no largan ni la más mínima carcajada.
Todo esto, como ya dije antes, bajo el cobijo del abandonadísimo Escudo.
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